Los demonios de Jan Ullrich: de regreso a una clínica de desintoxicación

La ruptura sentimental con su pareja ha sido el detonante para que el campeón del Tour 1997 haya tenido que ser internado por sus adicciones

En Navidad se intensifican los sentimientos, pero también se acentúan soledades y depresiones. Camino deslizante hacia el precipicio. Las garras de la desesperación han vuelto a atrapar a Jan Ullrich, vencedor del Tour de Francia (1997), que desde su retirada, en 2007, cayó en el túnel del consumo de alcohol y drogas. El ex corredor, que en los últimos meses había mostrado una gran mejoría respecto a sus dependencias, ha sido internado en una clínica de desintoxicación de Suiza. La culpa de la recaía: la ruptura con su pareja sentimental.

Cuenta el diario ‘Bild’ que ex ciclista quedó ingresado en un centro de México después de sufrir una crisis después de la celebración de su 48 cumpleaños en Cuba. Luego fue llevado a un centro de Suiza.

Ullrich fue un portento físico, un ciclista con una potencia descomunal, pero muy frágil mentalmente. En su Rostock natal, ciudad de la antigua Alemania Democrática, le prepararon para ser un deportista privilegiado, pero descuidaron la preparación psicológica. Tras su retirada, precipitada por su presencia en la Operación Puerto, descendió a los infiernos, pero en los últimos años parecía más sereno. »Hace tres años tuve grandes problemas. Estaba igual que Marco Pantani, cerca de la muerte. Pero ya dejé el alcohol y las drogas. Ahora vivo de una forma sana, mi novia cocina muy saludable para mí. Ya duermo bien, mi cerebro está despejado y mi cuerpo está en forma», confesaba el alemán a Lance Armstrong en el podcast ‘The Move’.