John Stones ha pasado de ser un marginado del Man City a ser indispensable en la lucha del club por el triplete. El defensa ha transformado la forma en que el equipo de Pep Guardiola controla los partidos.
Aparte de conseguir entrar en este estadio, la tarea más difícil en Estambul en los últimos tres días ha sido ir a cualquier parte sin oír los nombres de John y Stones.
A lo largo de Nevizade Sokak, la calle de 24 horas que baja desde la plaza Taksim, cantaban para él mientras el pescado crudo colgaba de las bocas, mientras las bengalas llenaban el aire y los hinchas se echaban encima de amigos con los que llevaban años sin encontrarse.
Los de azul aquí no cantaban regularmente por Erling Haaland o Kevin De Bruynepero Manchester Cityy el hombre de Barnsley que ha transformado la forma en que Pep Guardiola puede controlar los partidos rivales. John Stones: ineludible.
Y con razón. La defensa de cuatro -o de tres, según se mire- ha sido esencial en este intento de conquistar el triplete. Cuando Stones y Ruben Dias encajan, el City es un equipo mejor, y eso es exactamente lo que Guardiola ha sido capaz de seleccionar desde principios de marzo.
La pareja que jugó todos los cuartos de final y semifinales de la Liga de Campeones, contra el Bayern de Múnich y el Real Madrid, la pareja que goleó al Liverpool, la pareja que desmanteló al Arsenal. La pareja que les llevó también a la final de la Copa de Inglaterra.
John Stones, del Manchester City, culmina una temporada extraordinaria con la Liga de Campeones
La asociación de Stones y Rubén Dias en el centro de la defensa del City ha asegurado varios trofeos
Dias es el líder robusto y nato. El medio centro tradicional. Stones, como todos sabemos, es el defensa de las estrellas, un astuto lector del juego y técnicamente supremo. Se ha desenvuelto con una libertad nunca vista en Inglaterra para participar en la zona alta del campo.
Stones tiene esa libertad gracias a la confianza en los demás: Dias en particular. Una entrada completa de Dias evidenció precisamente eso, volcar a los italianos antes del descanso azuzó a un público confundido por la dejadez del City.
Sin embargo, aquí no estaban juntos, Stones en un papel que le obligaba a actuar como lateral derecho en defensa y como número 8 con el balón. Estaba más adelantado de lo que nunca se había aventurado desde el principio de un partido, jugando muy por delante de Rodri. Guardiola dijo que tenía un plan para la amenaza específica que supone el Inter, pero desviarse de lo que había funcionado tan cómodamente durante semanas fue un movimiento interesante.
Interesante en el sentido de que Dias y Stones sólo habían encajado ocho goles en 13 partidos cuando formaban pareja antes de este encuentro, y nunca más de uno en un partido.
Encargado de ser número 8 y lateral derecho, Stones impresionó durante la victoria sobre el Inter de Milán
Stones dijo que quería luchar por su puesto y el resto es historia al redefinir su posición
Stones completó más regates antes del descanso que todo el equipo del Inter y tuvo sus momentos, superando a tres en un espacio reducido para abrir el campo, aunque la presión del Inter en el centro del campo fue tan intensa que el City no pudo asentarse en esa zona.
El movimiento de los Stones consistió en sobrecargar el centro del campo aún más de lo normal. El viernes por la noche, cuando el City salió a entrenar, se rumoreaba que Guardiola podría estar pensando en modificar la fórmula defensiva, y eso se debió en gran parte a la forma en que Simone Inzaghi se planta. Rara vez se enfrenta el City a dos delanteros propiamente dichos, con Lautaro Martínez y Edin Dzeko arriba mientras Romelu Lukaku esperaba su oportunidad desde el banquillo.
Eso significó una alteración, con la entrada de Manuel Akanji. La selección se sintió dura con Kyle Walker, dadas sus recientes actuaciones estelares. Stones tuvo que vigilar al bucanero Federico Dimarco por la izquierda del Inter, y a Hakan Calhanoglu en un papel más central. Una gran responsabilidad, aunque Guardiola sintió claramente que podía manejarla.
El cambio también supuso otro caso de la creciente confianza que el entrenador del City tiene en un jugador por el que el club estaba dispuesto a escuchar ofertas hace sólo tres años. Stones dijo entonces que quería luchar por su puesto y el resto es historia, ya que está redefiniendo su posición.